Hoy me digo a mi mismo que he estado equivocado, que no he cumplido nada y que lo único que quedaron de aquellas palabras ha sido la mala intención de ir en contra de ellas.
Hoy me echo la culpa de no ir en serio, de haberme mentido a mi mismo y haberme engañado con mis principios destructivos.
Hace tiempo que voy en contra de mi (y será por consejos que me han dado). A veces en campo abierto, otras en calles estrechas e incluso he dado vueltas al mismo sitio miles de veces. Sigo yendo en la dirección equivocada.
Mañana (en voz baja, no vaya a ser que me escuchen) prometo levantarme con ganas porque sé que estaré haciendo algo satisfactorio.
