"Hola, tú, sí, TÚ, te echo de menos". Si estás leyendo esto, déjame explicarte el porqué.
Las cosas no han salido como pensábamos, tú y yo lo sabemos de sobra.
Sabemos lo que es que nos cambien los planes en el último momento. Que las cosas no salgan como teníamos planeado.
La suerte ha jugado con nosotros, o por lo menos fue lo que me hizo parecer a mi. La suerte o la casualidad que ha dado que te conociese.
Que poco me ha faltado para un giro inesperado, para una nueva oportunidad. Y es que te soy sincero y te digo que estuve a nada de buscarte, de volver a intentarlo, de decirte "tenías razón, nunca tenía que haberme ido". Nunca tenía que haberme marchado, las cosas estaban bien, he sido un cobarde poniendo quilómetros de por medio, yo mismo me he dado cuenta que no es la mejor solución.
Ese "sigue con tu vida y yo seguiré con la mía" es la peor contestación que se le puede dar a alguien que te ha marcado, alguien que ha estado ahí día sí y día también, alguien que por mucho esfuerzo que pongas nunca vas a conseguir olvidar.
Lo siento. He tomado malas decisiones.
Apostar por ti quizás hubiese cambiado las cosas.
"Culpa mía" por tener ese arte de hacerlo todo mal.
Aunque ya haya pasado tiempo, sigues en mi como el primer día.
Porque me he llevado un poco de ti allá donde vaya.
Porque las cosas siguen igual y yo te echo de menos.