lunes, 17 de abril de 2017

Todavía

Todavía lastima,
todavía te quiero,
pero todavía sigo queriendo que no estés,
porque el amor no es del todo completo si sigues constantemente doliendo.

Y tú dolías, para qué mentir,
si me estaba haciendo daño yo,
como quien mete el dedo en la yaga día tras día,
como quien se deja esa espina de rosa clavada,
pero que era jodidamente preciosa.

Y también, para qué mentir,
dejaría que me lastimaras otra vez,
dos,
tres,
o las veces que hiciesen falta.

Todavía dueles,
porque quien se clavó muy dentro,
ahí se quedó.

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