martes, 29 de diciembre de 2015

Los pequeños detalles

Seguro que todos tenemos en nuestra vida esa persona que daríamos todo y más por ella. Porque todos, absolutamente todos, sabemos querer y ser queridos; hasta la más mísera persona.
¿A quién no le gustaría empezar el año con buen pie sabiendo que ha encontrado el amor de su vida?
Muchas veces nosotros mismos desaprovechamos oportunidades que nos brinda la vida y ¿sabéis por qué? Por  miedo a fracasar. Hemos sufrido tanto durante años que por miedo a volver a caer ni lo intentamos.
Nadie lo sabe; no hay estudios, ni investigaciones ni métodos que nos digan que aquella vez, aquella primera vez,  hubiésemos encontrado a nuestra alma gemela.

Todo el mundo quiere ser feliz, no conozco a nadie que no quiera serlo. Y a veces estamos tan cerca de encontrar esa felicidad que no nos damos cuenta. El ser humano es así, abandona algo cuando no le interesa o no está teniendo los resultados que creía que iba a obtener. Igual estábamos a un paso, o a medio paso pero ¿sabéis?, no lo hemos logrado, no lo hemos conseguido porque lo hemos abandonado antes de tiempo.
Así lo único que podremos conseguir es el fracaso. Fracasar como personas.
Inténtalo y cuando te encuentres en la cima hecha la vista atrás y observa a quienes te criticaban, esos que te decían que no ibas a lograrlo; porque esos, son los que te han colocado en tu sitio y te han hecho madurar como persona.
Fallar está permitido porque si no se aprende de los errores nadie obstaculizaría nuestro camino y viviríamos en una sociedad de ignorantes; pero levantarse será obligatorio. Vivimos a base de aprender de nuestros errores y ellos son los que nos hacen levantar en los momentos difíciles.

Y volviendo un poco al principio, ¿Sí tenemos a esa persona porque la dejamos marchar? ¿Será porque somos inconformistas y pretendemos tener siempre lo que no podemos? Si estando con esa persona somos felices ¿Por qué nuestros pensamientos cambian de dirección? Buscamos lo imposible cuando ya tenemos lo posible.
Tenemos que dejar de pensar en el futuro y preocuparse más por el presente porque es ahí donde se encuentra nuestra verdadera felicidad.
Valorar esos detalles, esos pequeños detalles que nos regalan y nos transportan a otra dimensión, esos que nos hacen pensar que estamos volando, esos que nos hacen sentir mejor persona y mejor todo.
Aprender a confiar en vosotros mismos y sin daros cuenta estaréis disfrutando lo que realmente queríais. Simplemente es poner un poquito de nosotros, dar ese pasito hacia delante.

¡Porque los pequeños detalles marcan la diferencia!

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