domingo, 14 de mayo de 2017

Falta poco

Hay personas para siempre, para etapas de tu vida, otras que vienen para enseñarte y otras que dejan su marca y luego se van.
Me fascina ver lo pasado y encontrar las primeras señales de todo. Y debe de ser eso lo que me pone tan nostálgico últimamente.
Quizás de lo bien que se hicieron las cosas, o por lo poquito que les faltó para encontrar su plenitud.
Como el presente está tan turbio y del futuro no sabe nadie, me paro aquí y ahora para que tú, estés donde estés, puedas (o quieras) leer esto.
Creo que no hay algo tan fuerte como el paso del tiempo, sino veamos la costa y contemplemos lo que el oleaje con la constancia puede llegar a hacer. Y de eso quiero hablar, de tu constancia, de tu dedicatoria, de tu día si y día también, de que un conjunto de poquitos hacen un mucho y de que los resultados son en su mayoría la suma de esas poquitas cosas.
Ojalá algún día llegue a entender lo tuyo, y no hablo de tu paciencia porque sé que la tienes (y te la agradezco) sino de tu forma de ver la vida, de esa tranquilidad que la inunda y que a pesar de que se tuerza, tú sigas siempre dispuesta a continuar.
Con los años te das cuenta quien ha estado siempre ahí y quien se ha ido sin dar explicaciones (que me dan igual en cierta medida); gracias a ti he pasado días de lluvia con conversaciones profundas, tardes de junio de agradecimientos, julio de conjuntos y tardes de paseo, agosto de apoyo y mano derecha, y septiembre de despedida haciéndose un poquito amargo.
Ojalá se cumplan todos tus planes, porque si alguien se los merece, eres tú.

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