Eres mi rincón favorito de Madrid 4

Desde Sol hasta Argüelles pasando por Príncipe Pío y continuando hasta Moncloa, Ciudad Universitaria y todo lo que suma después.
Desde Colón hasta Goya estacionando en Serrano. Dando vueltas por el barrio Salamanca parándose a contemplar los escaparates de la Milla de Oro.
Y si hay una que me gusta es desde Retiro hasta Atocha. La he transitado tantas veces en busca del mismo tren que yo creo que si me preguntan cual es la duración del trayecto te aseguro que no fallaré con el resultado.
Hay demasiadas lágrimas caídas en el suelo de la capital, no sólo mías claro está, pues es que los rincones han visto llorar a más gente de la que jamás se podría soñar.
Esas calles estrechas que tan poca gente conoce.
Esas en las que a mí me gusta perderme y encontrar nuevas cada vez que puedo.
Pues aún sigue habiendo rincones por descubrir y muchas tantas otras despedidas que aún están por acontecer.

Yo mismo

Me he encerrado en mi mismo.
Creyendo que lo de dentro es mejor y lo de fuera solo destructor.
Me he aislado en mi propio mundo queriendo apartarme de todo y todos.
Mis intenciones eran buenas.
Sólo quería desaparecer durante un tiempo.
Irme una temporada fuera porque visto lo visto donde vivo no existe interés ninguno por mi.
Quizás yéndome lejos igual notan mi ausencia.
Igual poniendo tierra de por medio consiguen echarme de menos.
Y sí, me he encerrado en mi mismo porque el mundo al que pertenezco no me parece agradable y mucho menos habitable.
Tengo la sensación que no soy de aquí.
Igual le pertenezco a otra persona y estoy luchando en el lugar y época equivocada.
Quizás habrá un lugar donde pueda ser yo.
Porque lejos, cuanto más mejor; durante un tiempo aunque sea insignificante, los problemas dejan de importar.
No soy de aquí, mis pensamientos incondicionales e irrevocables se notan fuera de lugar.
Habrá un lugar, ojalá que sea así.
Porque sino nada de ésto tiene sentido.

Una y Otra vez

Y piensas que todo ha cambiado.
Que ya nada más volverá a ser como antes pero no te lo crees.
Sientes que algo está yendo de forma diferente, no por raro y extraño sino por pensar que nunca te hubiese ocurrido.
Notas que vives en otra parte, que estás con los pies en la nubes, que lo de tu alrededor se queda pequeño; pues sientes que necesites más espacio porque crees que tus sueños se han he hecho realidad.
Te colocan alto y después te obligan a volar.
Te acompañan una temporada y luego te sueltan.
Que sí, piensas que todos tus pronósticos han tenido fecha y se han cumplido a raja tabla.
Crees que no existe nada más que lo que ves a simple vista.
Que no hay nada más importante que lo que crees tener.
Y fallamos.
Volvemos a fallar.
Caemos en el mismo error otra vez.
No nos damos cuenta y volvemos a aprender del fallo.
Repetimos y volvemos al principio.

Y me noto vacío

Me han quitado lo último que quedaba de ella.
El ultimo "adiós" ya no fue nuestro, ahora le pertenece al olvido.
Ya no me queda nada, sólo el dolor que pensar lo que un día fuimos.
Y me noto vacío.
Me han arrancado del pecho lo que tanta gente llama corazón, esa pequeña máquina del tamaño de un puño que nos hace funcionar.
Y sí, sigo vivo porque no me queda otra.
Sigo vivo porque parece que en alguna parte sin que nosotros lo sepamos, le importamos a alguien y que un día ese alguien se ocupará de remplazar el espacio vacío que tenemos.
Pero mientras tanto sigo roto, ya nada tiene valor.
Sigo roto de pensar en la brillantez de cosas que inventamos juntos y la capacidad que tuvimos de ejecutarlas.
Y me noto vacío, no hay persona que rellene ese hueco.
Me falta algo que consiga volver a hacerme funcionar.
Algo que consiga recuperar las ilusiones que tenía.
Y no digo cosas porque no sirven para nada, digo personas porque son ellas las encargadas de hacernos importantes.
Y me noto vacío, creo que me haces falta.
Más bien lo confirmo, me haces falta tú.

Enamórate

Voy a decir lo que pienso desde adentro porque es la única forma que conozco para que me entiendan y que yo me entienda mejor.
Puede que a todos nos haya ocurrido alguna vez y que en más de una nos hayamos encantado, alegrado o que incluso nos haya salido mal. Y sí, hablo de enamorarse, y no de ese tópico que la sociedad presume tener. Hablo de esa relación de pareja que consiste en entregarlo y darlo todo por el otro sin esperar nada a cambio, alegrarse por cualquier cosa (hasta la más sencilla), agradecer lo que otro u otra hace por ti, estar siempre por encima de la media permitida y dispuesto a sobrepasar límites si la ocasión lo requiere. Enamorarse suena tan sencillo como decirlo, hablar de él como si fuese algo fácil y cotidiano y no, no lo es.
Enamorarse en mostrar todo de ti sin importar lo que puedan pensar de ello, enseñar cada uno de tus defectos y sacar a la luz tus imperfecciones. Enamorarse es de ciegos, no conoce ojos que puedan ver lo bonito que es darlo todo por alguien.
Si sabes de que hablo me entenderás y es que enamorarse no comprende de sexo, raza, edad, color, altura o color de ojos. Es tan sencillo y a la vez tan difícil de explicar que te lo voy a dejar así: "Déjate llevar por tus emociones porque ellas sabrán como actuar"



No conozco otra forma de enamorarse que no sea mostrando nuestras imperfecciones y haciéndonos importantes por ellas