Me han quitado lo último que quedaba de ella.
El ultimo "adiós" ya no fue nuestro, ahora le pertenece al olvido.
Ya no me queda nada, sólo el dolor que pensar lo que un día fuimos.
Y me noto vacío.
Me han arrancado del pecho lo que tanta gente llama corazón, esa pequeña máquina del tamaño de un puño que nos hace funcionar.
Y sí, sigo vivo porque no me queda otra.
Sigo vivo porque parece que en alguna parte sin que nosotros lo sepamos, le importamos a alguien y que un día ese alguien se ocupará de remplazar el espacio vacío que tenemos.
Pero mientras tanto sigo roto, ya nada tiene valor.
Sigo roto de pensar en la brillantez de cosas que inventamos juntos y la capacidad que tuvimos de ejecutarlas.
Y me noto vacío, no hay persona que rellene ese hueco.
Me falta algo que consiga volver a hacerme funcionar.
Algo que consiga recuperar las ilusiones que tenía.
Y no digo cosas porque no sirven para nada, digo personas porque son ellas las encargadas de hacernos importantes.
Y me noto vacío, creo que me haces falta.
Más bien lo confirmo, me haces falta tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario