Se me ha pasado este año volando. Y echando la vista atrás, sólo consigo recordar cosas buenas y cosas mejores; que todo ha sucedido muy rápido pero esta vez las cosas han sido muy intensas, que las he aprovechado al máximo y que puedo decir con total plenitud que no puedo estar más orgulloso de ellas.
Ahora bien, dejando un poco de lado los tópicos latinos como el "carpe diem" (que me ha definido estos nueves meses), me voy a centrar en lo siguiente:
Con junio llegan oportunidades, nuevas metas y destinos dibujados en un viejo mapa de mi habitación.
Con junio llega la ilusión (más bien la he vuelto a recuperar) y la felicidad de ver a gente cercana consiguiendo lo que quiere.
Pero poniéndonos un poco sentimentales, llega el verano, las noches de calor, las noches de terraza y copa en la mesa. Llegan las noches que más quiero (o aprecio), las de sentarse en el sofá del porche, las de salir a dar una vuelta con un/a amigo/a. En otras palabras, las de conversaciones profundas con conclusiones similares (por no decir iguales).
Te aprecio demasiado, quizá por tu estilo o por tu léxico, quizá por la forma en que tratas las palabras. Quizá por eso me guste tu forma de expresarte, es tan "tuya".
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