¿Y a ti?

Me gustaría volver a cogerte de la mano y llevarte a pasear, recorrer la capital de punta a punta paseando exclusivamente por calles peatonales y estrechas, esas que tanto nos vieron juntos.
Enseñarte lo poco que sé porque mucho te lo debo a ti, eres tú quien me ha enseñado y no yo así qué quiero volver a quedar contigo y que vuelvas a ser durante un día mi profesora de vida, mi amiga de pérdidas y mi madre en tiempo de silencio y arrebatos.
Que pueda yo volver a mostrarle a la gente que tengo una sonrisa, fea para algunos y preciosa para otros; pero enseñándola sin importar nada porque me gustaría decirte que la última que he hecho ha sido un poco forzada, no como solía hacerlo cuando estaba contigo.
Perderme en el tiempo y en los rincones, perderme en tus brazos pero perderme, no quiero estar aquí si no estoy contigo.
Lejos, muy lejos pero de tu mano porque siempre que sea contigo no me importaría vivir al margen de la gente; sociedad de hipócritas con cánones predeterminados.

No quiero nada. ¡Ah sí, perdón!, te quiero a ti.

A tu lado se vive mejor

¿Como puedes ser tan especial sin yo apenas demostrártelo? Has dado tanto por mi que cuando yo lo intento a la viceversa no soy capaz. Has hecho tanto en tan poco tiempo que no me dan las horas para agradecértelo. Se me quedan pequeñas las tardes contigo, sin contar los días enteros porque van más deprisa, los momentos vividos a tu lado y la cantidad de cosas que hemos hecho juntos.
Dijiste ahí atrás que nos volveríamos a ver, que igual podríamos volver a ser felices juntos, que dándonos un tiempo igual podrían mejorar las cosas.
Ha pasado el tiempo suficiente para darme cuenta que aquello no hacía falta, que lo que de verdad necesitábamos era sentarnos frente a frente, decírnoslo todo sin reproches y sin intermediarios (sí, el móvil, causante muchas veces de malentendidos). Cortar por lo sano suena muy bien y lo veo lógico en muchas ocasiones pero en otras lo veo como la tempestad más grande que la Tierra pueda ocasionar ya que se lleva por delante lo bueno y lo malo y no hace excepción alguna.
Fui cobarde, lo reconozco y por ello lo de hoy era para devolvértelo todo, para demostrarte después de tanto tiempo que aún sigues teniendo un hueco en mi corazón. Que la tarde de hoy no era más que para devolverte las inmensas ganas que tenía de verte y abrazarte; de decirte que sí me haces falta y que no habrá más tiempos muertos. Te necesito aquí y ahora.

¿Me has echado de menos? Espero que sí porque esto es para ti.

Utopías

Y cuéntame. ¿Qué ha sido de ti todo este tiempo? ¿Dónde has estado? ¿Has conocido gente nueva? o lo más importante, ¿Has sido feliz?. Ojalá la respuesta a estas preguntas fuese tan sencilla como decir "he vivido al máximo y no me arrepiento de nada".
Vivimos pensando en que habrá un mañana, en que después de ésto vendrá la calma, que seremos felices con el paso del tiempo. Suena muy utópico decir "el tiempo todo lo cura" pero sin embargo lo único que conseguimos esperando es que pase la vida. Que las cosas, y cuando digo cosas me refiero a personas y momentos con ellas, se disfrutan al máximo dando y entregando todo por ellas. Da igual lo que digan de ti, que te llamen loco por hacerlas así, que te critiquen por no seguir un orden porque cuando dejen de hacerlo se darán cuenta que los locos son ellos por no haber disfruta la vida al máximo y haber sido felices cuando era lo que querían.
Hazlo, ahora, no esperas a mañana; ese detalle que estás esperando a entregar, ese mensaje que tanto quieres enviar, esa cantidad de cosas que no hacemos por miedo a que pueda pasar.
Con el tiempo te irás dando cuenta de quien ha vivido y disfrutado, de quien ha hecho lo que deseaba cuando y donde quería sin importarle nada de nada ni de nadie.  Porque con el tiempo, cuando en unos años te vuelvas a encontrar con esa persona que tanto tiempo llevas sin ver y le hagas esas preguntas tan famosas verás en su rostro si contesta con fluidez o si habla con obstáculos. Te aseguro que si es de las primeras, lo primero que verás será una sonrisa de oreja a oreja, de que sí ha sido feliz y no se arrepiente de nada pero si es de las segundas, notarás que tiene una ausencia sentimental, que no ha disfruta lo que quería cuando realmente lo quería.
No te dejes influenciar por nadie, mantén la cabeza bien alta y recuerda que no vales menos que nadie, que siendo tú mismo es lo mejor que le puedes hacer al mundo y en especial a ti. Si éso, lo que estás pensando ahora mismo es lo que realmente quieres, lucharás por ello porque lo que de verdad te importa no lo dejarás pasar nunca.

"Disfruta y sé tu mismo"

Tributo al más grande

Voy a hacer de este cuento "La canción más hermosa del mundo": Tienes la sonrisa más preciosa que he conocido, hace que ilumine rostros como el mío donde al sol ya le cuesta dar luz desde hace tiempo. Eres como la "Princesa" de vivieron felices y comieron perdices. "Nos sobran los motivos" de abrazarnos sin sentido, de tardes de sofá entre tus brazos, de noches en tu cama o en la mía, de momentos contigo y recuerdos en nosotros. "Y sin embargo" pienso en ti todos los días pero no consigo centrarme en ti cuando estoy "Contigo", parece que mi mente prefiere pensar en el momento y no vivirlo en primera persona. De correr hacia ti por la espalda y abrazarte, de agarrarte por la cintura y darnos los besos más sinceros que conozco. De pasar un montón de tiempo juntos y que el reloj se acelerase como decía aquel estribillo "Y nos dieron las diez y las once". Mis labios sabor a fresa y los tuyos a "Tiramisú de limón". "Pongamos que hablo de Madrid" cuando pienso en ti. En esos "19 días y 500 noches" que pasé contigo por "El boulevard de los sueños rotos". Me siento "Tan joven y tan viejo" a tu lado.
Esta vez me toca a mí bajarme en la siguiente estación, dejaré mi maleta y me iré para siempre; lo dejaré todo aquí contigo porque a donde voy no lo necesito. "Yo me bajo en Atocha", yo me quedo en Madrid.

Eres mi rincón favorito de Madrid 3

Desde el Barrio del Pilar hasta Mirasierra. Desde Pilar de Chamartín hasta Sol. Desde Fuencarral hasta Plaza de España. Distancias cortas en un lugar tan grande como es Madrid. Trayectos pequeños para corazones tan grandes.
Aún recuerdo nuestro último paseo por la Vaguada; nuestra última copa en La Latina; nuestro bocadillo preferido en La Plaza Mayor, el de calamares por supuesto; las tardes-noches sentados en alguna terraza de la Remonta; días de Teatro en Tirso de Molina y algún que otro partido visto en el Palacio de Deportes.
Y podría continuar contándote rincones de Madrid pero son rincones sin magia, lugares sin encanto, para mi claro está; porque aunque hayan perdido su luz en mis ojos, Madrid sigue teniendo esos huecos entre calles estrechas que encuentras sin querer.

Abrazos en Atocha

Me he levantado temprano esta mañana, he cogido mis cosas y he salido a la calle.
Tenía prisa de verte por lo que fui a Atocha a esperarte. He llegado temprano porque considero que las puntualidades marcan diferencia; me da igual que aún falten cuarenta minutos para que llegue tu tren pero así me da tiempo a pensarlo una y otra vez, en memorizar bien la frase que tengo pensado decirte. Ya sé que sólo han sido tres días los que no has estado en la capital pero tengo tanto que contarte que no podía esperar más.
Me tiemblan las manos de sólo imaginarte, de ver a través de mis ojos tu sonrisa, de ponerme nervioso y no saber que hacer.

"Acaban de anunciarlo, se aproxima tu tren, en escasos minutos podré abrazarte de nuevo."

El día que te encuentre

Sentimientos de dolor, de no saber que hacer, de encontrarse en un callejón sin salida, de ver hacia todos los lados pero sin encontrar una pizca de claridad.
Nos ahogamos en un vaso medio vacío, en un mar sin agua que años atrás llamaban océano. Nos hemos quedado sin luz, no consigo encontrar el interruptor. Igual es que tiene que ser así. En la oscuridad duele todo un poquito más y por muy raro que nos parezca es la mejor manera de no ver las cosas o por lo menos no hacerse la idea de que ya no están.

Seguiremos perdiendo nuestro tiempo buscando a alguien que nos dé claridad. Pero te aseguro que el día que encontremos a ese alguien, tendremos motivos de sonreír a la vida.

Sólo contigo

Esa sonrisa que me volvía loco.
Esos abrazos de minutos que duraban más que nuestros trayectos juntos.
Tu cintura, esa donde coloqué tantas veces mis manos para que te inclinaras sobre mí.
Mis manos recorriendo tu cuerpo, despacio, como te gustaba a ti.
Cogerte de la mano y enseñarte rincones de Madrid que no conocías.
Correr hacia a ti sin que me vieses y abrazarte con todas mis ganas.
Hacerte cosquillas y que acabaras como siempre con tus labios pegados a los míos.
Que me picases tantas veces y que siempre ganases tú.

Y tenías razón, las mejores cosas en la vida no son cosas. Ponerle cifras y contarlas no tiene sentido si la calidad de dichos momentos no sobrepasa la barrera de la satisfacción hacia la enajenación.