Me he levantado temprano esta mañana, he cogido mis cosas y he salido a la calle.
Tenía prisa de verte por lo que fui a Atocha a esperarte. He llegado temprano porque considero que las puntualidades marcan diferencia; me da igual que aún falten cuarenta minutos para que llegue tu tren pero así me da tiempo a pensarlo una y otra vez, en memorizar bien la frase que tengo pensado decirte. Ya sé que sólo han sido tres días los que no has estado en la capital pero tengo tanto que contarte que no podía esperar más.
Me tiemblan las manos de sólo imaginarte, de ver a través de mis ojos tu sonrisa, de ponerme nervioso y no saber que hacer.
"Acaban de anunciarlo, se aproxima tu tren, en escasos minutos podré abrazarte de nuevo."
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