Hoy he vuelto a sentir vuestros cuerpos en mi sofá, he vuelto a notar las pataditas por debajo de la mesa, me he vuelto a manchar de chocolate caliente y migas de churros. He vuelto a sentir vuestras manos tocándose y vuestras piernas cruzándose. He vuelto a escuchar vuestras dulces voces y por si fuera poco, me ha vuelto a llegar el aroma de vuestra fragancia. Pero es que hace tanto que no os he vuelto a escuchar que hoy cuando entrasteis por la puerta de la cafetería algo me avisó que aproximaban buenos tiempos.
Parece que fue ayer el día que os despedisteis, aquel que ella te dijo que no merecías una chica así, que eras lo mejor que le había pasado en la vida y se arrepentía del daño que te había hecho. Fueron palabras sonoras para mi armado caparazón de madera de roble, serenas pero a la vez destructivas. Algo no había salido bien y mi sensación fue que no os iba a ver durante mucho tiempo.
Y si, hoy habéis vuelto. Vuestra presencia se hace notar a quilómetros porque una sonrisa tan grande como la vuestra y los besos más sinceros que he visto son vuestros. ¡Os echaba de menos!
Firmado: La mesa 23
No hay comentarios:
Publicar un comentario